
La conciencia es fuente de energía universal, desde ahí se organiza y contruye todo lo que existe. Nuestras conciencias son fragmentos de esa fuente que da origen a la vida.
Nuestra salud o enfermedad tienen relación con nuestro cuerpo, pensamiento, emociones y espiritu, cualquier exceso o carencia en algunos de estos aspectos nos puede generar vibraciones que alteran la armonía y por ende debilitan nuestro estado de salud.
Las diferentes dimensiones energéticas que nos componen interactúan con una armonía extraordinaria. Cuando esa armonía se preserva, tenemos salud y estamos conciente de ser saludables, si se rompe esa armonía, enfermamos y no estamos concientes de lo que nos está ocurriendo. Esto da lugar a la aparición de los diferentes síntomas, que se manifiestan primero en los niveles mas sutiles: mental, emocional y espiritual.
En algunos casos la carencia de salud también se atribuye a un proceso natural de limpieza del organismo ya que no solo nuestras emociones o pensamientos nos ocacionan toxinas, tenemos que tener en cuenta que vivimos en un medio ambiente muy contaminado por lo que comemos y respiramos una infinita cantidad de toxinas, es entonces cuando esporádicamente nuestro cuerpo vibra para contraer algún virus que ayude a nuestro organismo a ocacionar un proceso de limpieza, proceso que gracias a la fiebre permite disolver toxinas solidificadas en nuetro cuerpo y eliminarla por secreciones ya sea sudor, pus, orina, etc.
En el caso de enfermedades mas complejas se explican como desarmonías entre cuerpos (básicamente, físico, mental y espiritual) cuando no podemos detectar y/o resolver los síntomas en esos niveles se manifestarán en el cuerpo más denso: el cuerpo físico.
Cuando un organismo se debilita, vibra con una frecuencia más baja, si no puede rearmonizarce solo, necesitará un recurso que le permita recuperar la frecuencia adecuada a la vibración que ha perdido, manopuntura es uno de esos recursos.